Las tendencias en alimentación han ido evolucionando conforme la sociedad evoluciona. A pesar de que las dietas vegetarianas han existido desde siempre por motivos de religión o política, en la actualidad se suman a esos motivos la búsqueda de una alimentación más sana que no perjudique a ningún animal. La producción masiva de alimentos ha hecho que los productos sean cada vez menos naturales, que tengan un mayor contenido de químicos, fertilizantes, etc., por lo que la producción de alimentos orgánicos, tiendas especializadas y restaurantes con propuestas de menús para vegetarianos y veganos ha ido en aumento. Para conocer más sobre la dieta vegana y cómo realizar una transición exitosa sigue leyendo.
Diferencia entre la dieta vegetariana y vegana
Los vegetarianos no comen carne (incluyendo el pollo y el pescado) pero incluyen en su dieta ciertos productos animales que no ocasionan la muerte del animal como el huevo, los lácteos y la miel, entre otros.
Los veganos viven bajo la filosofía y práctica de la vida compasiva; es decir, no consumen ningún producto obtenido de los animales por rechazo al maltrato de los animales en cautiverio; por ejemplo: mantener embarazadas a las vacas lecheras constantemente, o tener los animales en jaulas o lugares apretados.
El primer paso
Dejar la carne puede ser díficil en un principio por lo que es importante informarte sobre cómo se obtiene la carne de forma industrial y saber qué otros alimentos te pueden aportar las proteínas que tu cuerpo necesita, además de tener mucha fuerza de voluntad.
Para hacer un cambio gradual y evitar una descompensación, se debe ir quitando poco a poco la carne, cambiando el consumo de 3 veces a la semana por 1 sola vez y posteriormente una vez al mes hasta lograr eliminarla por completo. Se puede sustituir al principio con otro tipo de proteína animal como huevo, queso y leche.
Del vegetarianismo al veganismo
Si lograste dejar la carne y te interesa la filosofía que comparten los veganos, además de querer cuidar tu cuerpo, sigue las siguientes recomendaciones:
Para comenzar debes romper con la creencia de que los tipos de alimentos que puedes consumir son limitados y sin sabor. A pesar de que la dieta consiste principalmente en el consumo de frutas y verduras frescas, existen cada vez más opciones de lugares donde comprar productos, recetas creativas y deliciosas, e incluso restaurantes que ofrecen menús especiales.
El segundo paso
- Debes ir dejando una semana a la vez o cada quince días, un producto lácteo: leche, mantequilla, queso, crema y sus demás derivados.
- Después puedes hacer lo mismo con otros productos como la miel y el huevo hasta que los elimines por completo.
- Aumenta tu consumo de productos crudos: muchas frutas y muchas verduras a todas horas.
- Consume muchos verdes, de preferencia obscuros: acelgas; espinacas, algas como nori, wuakame y espirulina.
- Incorpora granos y semillas como: arroz, frijol, lentejas, garbanzo, ajonjolí, chía, quinoa, amaranto, etc. (de preferencia que sean integrales).
Si durante el proceso te sientes bajo de energía, no te espantes, muchas veces la descompensación se puede deber al cambio o que mentalmente te estas sugestionando. En estos casos, los súper alimentos serán un gran auxiliar por su alto contenido en proteínas, vitaminas y minerales.
Otra consideración importante que debes tomar en cuenta es el control en el consumo de soya, mucha gente lo ve como el sustituto de proteína y empieza a consumirla en todas sus presentaciones. Es importante variar y buscar otra opciones, por ejemplo, quesos de nueces; helados de frutas; leches de arroz, almendra, coco, alpiste, avellana, etc.
No olvides que en cualquier régimen alimenticio el equilibrio es la clave, asegúrate de comer todos los tipos de alimentos y balancear tu consumo entre carbohidratos, proteínas, grasas y azúcares para mantenerte sano y en excelente condición. Estar sano y en forma es una parte sumamente importante de tu Branding Personal.