En mi experiencia como veterinario y en la de otros colegas, una de las cosas más comunes cuando vemos mascotas mayores, es que los papás humanos muchas veces dicen que “está viejito, está más lento”. Y si sugerimos que quizás haya alguna condición dolorosa, como artrosis, muchas veces nos responden: “No creo, no llora ni se queja”.
Yo he sufrido de cálculos renales y he trabajado con dolor por varios meses, mientras el tratamiento surgía efecto. El dolor era manejable. ¿Pero cuándo realmente me he retorcido de dolor? Cuando mi dedo pequeño del pie se ha golpeado contra la pata de algún mueble. Esta es la diferencia entre un dolor crónico y uno agudo.
El dolor agudo, uno fuerte, es aquel que llega rápidamente, que te hace llorar, gritar, pero que, por suerte, también desaparece con rapidez. Por otro lado, el dolor crónico es cualquier dolor que persiste más allá del punto normal de inflamación y cicatrización.
Esta explicación es algo simple, pero el dolor es un fenómeno bastante complejo que involucra muchas vías y respuestas diferentes.
¿Cómo sabemos si una persona sufre de dolor crónico? Te lo dice, lo puede verbalizar. Sin embargo, ¿cómo sabemos si una mascota siente dolor crónico? No te lo va a decir con palabras, pero sí, con cambios repentinos en su comportamiento.
Señales de dolor en los perros y gatos
Nadie más que el dueño puede descifrar si su mascota siente dolor. Por eso, debes tener en cuenta las señales presentes en el comportamiento de tu mascota.
En el caso de los perros, algunas señales que nos pueden indicar que sienten dolor son las siguientes:
- No quiere subir las escaleras ni saltar.
- Presenta movimientos anormales, descordinación o torpeza
- Se resiste a levantarse por la mañana, dificultad para apoyar las patas
- Se cansa en paseos cortos
- Disminución o falta de apetito
- Aullidos incesantes
En cuanto a los gatos, las señales son un poco más difícil de interpretar. A veces, sólo tenemos un signo. Estos son los síntomas más comunes:
- No utiliza la caja de arena
- Desinterés en acicarlase
- Prefiere esconderse
- Ronroneo constante, en especial cuando está solo o escondido
- Reducción de la actividad, como jugar o saltar
- Pérdida de apetito
¿Por qué es importante prestar atención a estas señales?
Aunque son animales domésticos, los perros y los gatos aún mantienen comportamientos de cuando eran animales salvajes. Uno de estos es el instinto de supervivencia. Este mecanismo los lleva a ocultar el dolor para evitar mostrarse débiles, ya que en la vida salvaje, la debilidad es sinónimo de muerte. La ley del más fuerte.
Por otro lado, es importante que los dueños sepan interpretar los signos de dolor y los comuniquen a nosotros, los veterinarios, porque esa es la única forma en que podemos ayudar.
Hemos avanzado tanto en la medicina veterinaria que no hay razones ni motivos para dejar que nuestras mascotas sufran innecesariamente. Por eso, si tu mascota tiene algún cambio de comportamiento, como dejar de comer, saltar o jugar, comunícalo a tu veterinario de confianza tan pronto como sea posible. Disminuir el dolor hará que mejore la calidad de vida y el bienestar de tu mascota.