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El impacto invisible de los incendios forestales: la pérdida del microbioma del suelo

enero 15, 2025

Desde el año 2010, Chile enfrenta un nuevo régimen de incendios forestales, marcado por eventos extremos que han alcanzado máximos históricos. En 2017, se quemaron 560 mil hectáreas, y 2023 no quedó atrás como otro año crítico. Según el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), dos factores han sido determinantes en estos mega-incendios: vientos de alta velocidad y temperaturas que superan los 40°C. Lamentablemente, en un planeta que sigue calentándose, estas catástrofes se convertirán en un escenario recurrente para nuestro territorio.

Más allá de lo visible: un impacto en el corazón del ecosistema

Cuando se evalúan los incendios forestales, la atención suele centrarse en lo visible: la pérdida de infraestructura, bosques, animales y, en el peor de los casos, vidas humanas. Sin embargo, existe un impacto profundo y casi invisible que también debe preocuparnos: la pérdida del microbioma del suelo.

El suelo es un ecosistema vivo, habitado por una diversidad inmensa y vital de microorganismos. En una sola cucharadita de suelo pueden encontrarse hasta mil millones de bacterias, además de hongos y protistas. Este microbioma cumple funciones esenciales para la vida en el planeta, como el reciclaje de nutrientes de hojarasca, materia orgánica y restos de animales. Además, muchos microorganismos forman simbiosis fundamentales para las plantas, como los rizobios, que fijan nitrógeno, y las micorrizas, que facilitan la absorción de agua y nutrientes.

El efecto devastador del fuego en el microbioma

Diversos estudios, tanto en Chile como en otras regiones del mundo, han demostrado que los incendios forestales tienen un impacto devastador sobre esta “vida invisible”. Las altas temperaturas y el fuego destruyen no solo la estructura del suelo, sino también a los trillones de microorganismos que lo habitan. La desaparición de este microbioma afecta directamente la capacidad del ecosistema para regenerarse, ya que son los microorganismos los que permiten que los nutrientes vuelvan a estar disponibles para las plantas y que se restaure el equilibrio biológico.

La restauración ecológica debe comenzar en el suelo

Frente a esta realidad, las políticas de restauración ecológica deben evolucionar para dar prioridad al microbioma del suelo. Una medida lógica sería garantizar que un bosque nativo quemado se restaure con especies nativas. Sin embargo, esto no es suficiente si el suelo ha quedado desprovisto de su microbioma.

Un estudio realizado por el Laboratorio Crowther en Suiza, que analizó más de 140 mil sitios de restauración en todo el mundo, reveló que la técnica más efectiva para la recuperación ecológica es la inoculación con suelo nativo completo, en lugar de introducir unas pocas especies de bacterias u hongos. Este enfoque permite restaurar de manera integral el microbioma del suelo, lo que a su vez facilita que el resto de los organismos se establezcan y se reanuden los servicios ecosistémicos esenciales.

El microbioma del suelo actúa como un “ingeniero ecológico”, promoviendo la recuperación del ecosistema tras un incendio. Por tanto, ignorar su importancia sería un grave error en las estrategias de restauración ambiental.

Políticas públicas para un futuro más resiliente

Para abordar el impacto de los incendios forestales de manera integral, es crucial que las políticas públicas consideren no solo la reforestación visible, sino también la regeneración del microbioma del suelo. Algunas medidas clave podrían incluir:

  1. Investigación y monitoreo del microbioma del suelo: Invertir en estudios que analicen cómo los incendios afectan la biodiversidad microbiana y qué prácticas son más efectivas para su recuperación.
  2. Restauración con suelo nativo: Implementar programas que promuevan la inoculación con suelo nativo completo en áreas afectadas.
  3. Educación ambiental: Concienciar a la población sobre la importancia de los microorganismos del suelo para la salud del planeta.
  4. Prevención de incendios: Reforzar las políticas de manejo forestal, incluyendo la reducción de material combustible, y promover prácticas agrícolas sostenibles para mitigar el riesgo de incendios.

Una llamada a la acción

La evidencia científica es clara: los incendios forestales no solo destruyen lo que vemos, sino también lo que no vemos. Si bien el desafío de enfrentar un planeta más cálido es inmenso, hay acciones concretas que podemos tomar para mitigar el impacto de estas catástrofes. Restaurar el microbioma del suelo debe convertirse en una prioridad para garantizar que los ecosistemas puedan recuperarse de manera sostenible.

La próxima vez que pensemos en los incendios forestales, recordemos que bajo la superficie del suelo existe un universo invisible, lleno de vida, que también necesita nuestra protección. Es hora de dejar de ignorarlo y actuar para preservar estos pequeños pero esenciales habitantes del planeta.