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Estrategias para Mitigar el Estrés Térmico en la Agricultura de la Región de Ñuble

enero 4, 2025

La región de Ñuble, ubicada en el sur de Chile, enfrenta desafíos climáticos cada vez mayores, especialmente durante las temporadas estacionales de calor. Los cambios en las condiciones térmicas, en combinación con fenómenos climáticos como La Niña, han puesto a prueba a los agricultores y fruticultores locales, especialmente aquellos que cultivan especies sensibles al calor, como los arándanos, cerezos y avellanos europeos. De hecho, los expertos del Centro Regional INIA Quilamapu del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) advierten que las temperaturas superiores a los 28º C, sin una adecuada reposición hídrica, podrían ser letales para muchas de estas especies. Ante esta situación, es crucial implementar estrategias efectivas para mitigar el estrés térmico en los cultivos y garantizar la sostenibilidad de la producción agrícola.

El Impacto del Calor en los Cultivos

El investigador INIA Raúl Orrego, especialista en riesgos climáticos, explica que las altas temperaturas tienen efectos fisiológicos negativos en los cultivos. Sin embargo, el impacto varía según la especie y el estado fenológico de la planta (la etapa del ciclo reproductivo en que se encuentra). En términos generales, temperaturas alrededor de los 30º C pueden generar un estrés considerable en las plantas, afectando su crecimiento y productividad. Aunque algunos cultivos, como el pistacho y el olivo, muestran una mayor resistencia al calor, otras especies, como los arándanos y cerezos, pueden sufrir daños irreversibles, especialmente si la temperatura alcanza o supera los 28º C sin suficiente agua.

Por otro lado, el aumento de la temperatura promedio (25º C) puede acelerar el desarrollo vegetativo y la maduración de las frutas. Sin embargo, cuando las temperaturas superan los 28º C y no se les proporciona suficiente agua, los daños se intensifican, lo que representa una amenaza significativa para la producción agrícola de la región. Esta situación subraya la necesidad de adoptar prácticas de manejo adecuadas para proteger los cultivos y asegurar la continuidad de la producción agrícola.

Estrategias para Combatir el Estrés Térmico

El manejo adecuado de los cultivos y la aplicación de técnicas específicas para mitigar los efectos del calor son fundamentales para prevenir daños. Los expertos recomiendan una serie de medidas que los agricultores y fruticultores de la región pueden implementar para reducir el impacto de las altas temperaturas y las olas de calor.

1. Riego adecuado

Una de las principales recomendaciones es ajustar el sistema de riego para garantizar que los cultivos reciban suficiente agua en los momentos más críticos. Es fundamental realizar los riegos en las primeras horas del día, cuando la actividad fotosintética de las plantas es mayor, ya que en este periodo la planta es más eficiente en la absorción de agua. Además, es esencial asegurar un riego profundo y eficiente para evitar el estrés hídrico, que puede agravar los efectos del calor.

2. Uso de protectores solares

Otra estrategia importante es el uso de protectores solares en los cultivos. El caolín, un mineral natural, se puede aplicar sobre las hojas y los frutos para reducir la radiación solar directa. Esta capa protectora actúa como un escudo que disminuye el impacto de las altas temperaturas sobre los cultivos. Además, el uso de mallas protectoras también puede ser una opción efectiva para reducir la radiación directa y proteger a las plantas de los efectos negativos del calor excesivo.

3. Manejo adecuado de la cosecha

El momento de la cosecha es crucial para mantener la calidad de la fruta. Los expertos recomiendan evitar la recolección durante las horas de mayor calor, ya que las frutas expuestas a altas temperaturas pueden sufrir daños irreversibles. En cambio, se deben priorizar las cosechas nocturnas o matutinas, cuando las temperaturas son más frescas y la firmeza de la fruta se preserva mejor.

4. Postcosecha: Conservación y almacenamiento

Una vez cosechadas las frutas, su conservación adecuada es vital para mantener su calidad. Las frutas deben ser almacenadas en lugares frescos y protegidos de la luz solar directa para evitar la deshidratación y la pérdida de valor comercial. Para prolongar la vida útil de los productos, es recomendable implementar sistemas de enfriamiento rápido, como el uso de cámaras de enfriamiento, agua o aire, que ayuden a reducir la temperatura de los frutos inmediatamente después de la cosecha.

5. Monitoreo climático y planificación agrícola

El monitoreo climático es otro aspecto fundamental para manejar el estrés térmico. El Ministerio de Agricultura de Chile, junto con profesionales del INIA, ha implementado un sistema de monitoreo climático en la Red Agroclimática Nacional (RAN). Este sistema permite a los agricultores anticipar eventos de temperaturas extremas y planificar adecuadamente las actividades agrícolas, como el riego y la cosecha, para minimizar el riesgo de daño en los cultivos. El acceso a esta información a través de plataformas como https://alertas.agromet.cl/monitoreo facilita la toma de decisiones informadas y oportunas.

Recomendaciones Específicas para Diferentes Cultivos

Cada especie frutal tiene necesidades específicas en términos de temperatura, humedad y radiación. En este sentido, es importante adaptar las estrategias de manejo de acuerdo con las características de cada cultivo.

  • Cultivos sensibles al calor: Los arándanos, cerezos y frambuesas son particularmente vulnerables al calor excesivo y la radiación intensa. Estos cultivos requieren una atención especial, especialmente durante las olas de calor. Se recomienda un riego constante y la aplicación de protectores solares como el caolín, así como la realización de cosechas nocturnas o matutinas.
  • Cultivos tolerantes al calor: El pistacho y el olivo son más resistentes al calor, pero esto no significa que no necesiten cuidados específicos. Es fundamental controlar el riego para evitar el estrés hídrico y asegurar que las plantas reciban suficiente agua para mantenerse saludables.

El cambio climático ha convertido al estrés térmico en una de las principales amenazas para la agricultura en la región de Ñuble. Las altas temperaturas y las olas de calor pueden causar daños irreversibles a los cultivos si no se toman las precauciones adecuadas. Sin embargo, con estrategias como el riego adecuado, el uso de protectores solares, el manejo adecuado de la cosecha y el monitoreo climático, los agricultores y fruticultores de la región pueden mitigar los efectos del calor y garantizar la sostenibilidad de la producción agrícola. Implementar estas medidas no solo protegerá los cultivos, sino que también contribuirá a la resiliencia de la agricultura frente a los desafíos climáticos del futuro.