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Impulso a la Producción Triguera: La Red de Información Colaborativa y la Mesa del Trigo en Ñuble

enero 4, 2025

Recientemente, se presentó una nueva iniciativa en el sector agrícola chileno, impulsada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), cuyo objetivo principal es fortalecer la producción de trigo harinero en las regiones de O’Higgins a Los Lagos. Esta propuesta fue presentada en un seminario realizado en Chillán, donde participaron alrededor de 40 representantes del sector triguero, incluidos productores, molinos y autoridades locales. La idea central es crear una red de información colaborativa que permita desarrollar variedades de trigo de alta calidad, favoreciendo a toda la cadena de producción y promoviendo un desarrollo sostenible en el sector.

Una Red Colaborativa para el Sector Triguero

La propuesta presentada en el seminario fue encabezada por Javier Zúñiga, investigador del INIA Carillanca, quien destacó la importancia de crear una red de información colaborativa entre los distintos actores del sector. Según Zúñiga, el principal objetivo de esta red es generar valor compartido entre agricultores y molinos, orientando el desarrollo hacia variedades de trigo de alta calidad. Este enfoque busca beneficiar tanto a los productores como a la industria molinera, promoviendo un sistema más eficiente y sostenible.

Zúñiga también resaltó que la red ayudará a enfrentar los desafíos derivados del cambio climático, un factor que ya está impactando a la agricultura mundial, incluida la producción de trigo. La red colaborativa también tiene como objetivo contribuir a la seguridad alimentaria del país, asegurando que Chile mantenga una producción triguera estable y de alta calidad, capaz de abastecer las necesidades internas y competir en los mercados internacionales.

La propuesta de INIA y el Ministerio de Agricultura no solo se basa en la creación de una red de información, sino también en el desarrollo de un bien público para el sector. Este bien consiste en brindar información detallada sobre el desempeño de las variedades de trigo cultivadas en Chile, información que hoy en día es escasa y que los productores necesitan para tomar decisiones más informadas sobre qué variedades sembrar, de acuerdo con sus condiciones locales y climáticas.

Fortalecimiento de la Participación y Diversidad en la Red

Iván Matus, investigador del programa de mejoramiento genético de trigo de INIA Quilamapu, subrayó la necesidad de hacer la red lo más participativa posible. De acuerdo con Matus, es esencial que la red represente a todos los actores de la cadena de producción, desde los pequeños hasta los grandes productores, así como la industria molinera. Esta inclusión permitirá tener una visión más clara de las necesidades del sector y redirigir los esfuerzos de investigación y desarrollo hacia las áreas que realmente importan para los agricultores y la industria.

La red se plantea como una herramienta clave para garantizar que el desarrollo de nuevas variedades de trigo responda a las necesidades reales de los productores y la industria. Matus enfatizó que, si bien la innovación en genética es crucial, también es importante considerar otros factores como el manejo agronómico adecuado, las condiciones climáticas y las demandas del mercado. Esta visión integral ayudará a reorientar, si es necesario, el desarrollo de futuras variedades de trigo que sean más competitivas y sostenibles a largo plazo.

Trigo Chileno: Calidad y Competitividad

Chile ha destacado por producir trigo primaveral de alta calidad, especialmente en las regiones de Ñuble, Biobío y Maule. Iván Matus señaló que las variedades de trigo chileno se caracterizan por su buen contenido de proteína y un alto rendimiento. Un ejemplo destacado es la variedad Millán de INIA, que, bajo un manejo agronómico adecuado, puede alcanzar hasta un 13 % de proteína y un rendimiento de hasta ocho toneladas por hectárea. Este rendimiento y la calidad del trigo chileno le permiten competir en el mercado global, especialmente con los trigos argentinos, que han sido tradicionalmente considerados como una referencia de calidad.

Sin embargo, Matus aclaró que lo que realmente distingue al trigo chileno es su equilibrio entre calidad y productividad. Esto lo convierte en una opción competitiva tanto para la molinería como para la industria panificadora nacional, que demanda trigo de alta calidad para la producción de pan y otros productos derivados. A pesar de la competencia internacional, el trigo chileno tiene un mercado asegurado debido a sus características excepcionales y su adaptabilidad a las condiciones locales.

La Mesa del Trigo en Ñuble: Una Propuesta de Colaboración Regional

Un tema importante surgido durante el seminario fue la posibilidad de crear una mesa del trigo en Ñuble, una propuesta presentada por el seremi de Agricultura de la región, Antonio Arriagada. La idea fue bien recibida por los participantes, quienes consideraron que este espacio podría ser clave para abordar las problemáticas específicas del sector y buscar soluciones colaborativas.

Javier Chilian, director regional de INIA Quilamapu, explicó que la mesa del trigo debería agrupar a todos los actores de la cadena de producción, incluidos los pequeños y medianos productores, así como los representantes de la industria molinera. Esta mesa permitiría trabajar de manera conjunta en la identificación de problemas comunes y en el diseño de soluciones que fortalezcan tanto la producción como la calidad del trigo en la región.

A pesar de que aún no se han establecido plazos concretos para su creación, Chilian destacó la importancia de organizar a los pequeños productores para que puedan elegir a sus representantes en la mesa. Este proceso de organización será crucial para asegurar que todas las partes interesadas tengan una voz en la toma de decisiones y en el diseño de políticas que beneficien al sector triguero en la región.

La iniciativa presentada por INIA en el seminario de Chillán marca un paso importante hacia el fortalecimiento de la producción de trigo en Chile. La creación de una red de información colaborativa y la propuesta de formar una mesa del trigo en Ñuble son iniciativas que buscan mejorar la calidad y la competitividad del trigo chileno, mientras se enfrentan los desafíos del cambio climático y se asegura la seguridad alimentaria del país.

El éxito de esta propuesta dependerá de la participación activa de todos los actores de la cadena de producción, desde los agricultores hasta los molinos, y de la colaboración estrecha entre el sector público y privado. Con un enfoque colaborativo y sostenible, Chile tiene el potencial de convertirse en un líder en la producción de trigo de alta calidad, no solo en el mercado nacional, sino también en los mercados internacionales.