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Retrasos en el Transporte Aéreo: Responsabilidades, Seguros y Recomendaciones para Exportadores

enero 4, 2025

El transporte aéreo ha revolucionado la logística global, ofreciendo una opción rápida y eficiente para el envío de mercancías. Sin embargo, a pesar de sus indiscutibles ventajas, el transporte aéreo no está exento de riesgos. Uno de los problemas más comunes es el retraso en los vuelos, lo que puede generar daños a los productos transportados y afectar significativamente la cadena de suministro. Por ello, es importante comprender la normativa que regula estos retrasos, la utilidad de los seguros y las medidas que los exportadores pueden tomar para protegerse.

¿Qué dice la normativa sobre estos retrasos?

El Decreto 56, también conocido como el Convenio de Montreal, establece directrices claras sobre la responsabilidad de los transportistas en caso de retrasos. En su artículo 19, el convenio señala que el transportista es responsable de los daños causados por los retrasos. Esto implica que, si un retraso afecta al producto, el transportista podría ser considerado responsable por los daños ocasionados, siempre y cuando no pueda demostrar que adoptó todas las medidas necesarias para evitar dicho retraso.

En este sentido, el Convenio de Montreal protege a los exportadores y clientes frente a posibles pérdidas debido a fallos en el servicio de transporte. No obstante, la normativa también establece ciertas excepciones, como los casos de “fuerza mayor” o situaciones imprevisibles, en los que el transportista podría exonerarse de responsabilidad. A pesar de ello, el principio general es que el transportista debe asumir la responsabilidad por los daños derivados de los retrasos, lo que coloca una carga importante sobre las aerolíneas y empresas de transporte.

Y los seguros, ¿sirven?

En muchos casos, los exportadores optan por contratar seguros adicionales para protegerse de los posibles perjuicios derivados de un retraso en el transporte aéreo. Estos seguros, que suelen ser contratados aparte de la póliza estándar, pueden ofrecer una cobertura que cubra los daños ocasionados por retrasos en el envío de mercancías.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que la cobertura de estos seguros no siempre es inmediata. La mayoría de las pólizas de seguro solo entran en vigor si el retraso supera las 24 horas. Esto significa que si un retraso es menor a ese tiempo, la cobertura no se activará, lo que podría dejar a los exportadores expuestos a riesgos no cubiertos. Además, dado que estos seguros son coberturas adicionales, conllevan un costo extra que debe ser evaluado por las empresas en función del valor y la naturaleza de las mercancías transportadas.

Por tanto, si bien los seguros pueden ser una herramienta útil para mitigar los riesgos asociados con los retrasos, no son una solución absoluta. Los exportadores deben evaluar cuidadosamente los términos y condiciones de las pólizas, así como los plazos de cobertura, para asegurarse de que sus intereses están adecuadamente protegidos.

Recomendaciones para exportadores

Aunque el transporte aéreo ofrece ventajas considerables, como la rapidez y la cobertura global, los retrasos pueden ocasionar serios problemas si no se gestionan adecuadamente. Por ello, es fundamental que los exportadores tomen ciertas precauciones para reducir el riesgo de pérdidas y asegurar una experiencia de envío más fluida.

  1. Monitorear en tiempo real el movimiento de la carga: Una de las mejores prácticas para los exportadores es contar con un sistema de seguimiento en tiempo real. Esto permite detectar cualquier posible retraso en las etapas del envío, especialmente durante los trasbordos entre aviones o cuando la carga cambia de ruta. El monitoreo en tiempo real también ofrece la ventaja de poder reaccionar rápidamente ante cualquier inconveniente.
  2. Coordinar inspecciones y avisar a la aerolínea sobre el retraso: En caso de que se identifique un retraso, es fundamental coordinar una inspección de la carga para evaluar cualquier posible daño. Además, es importante notificar a la aerolínea o transportista sobre el retraso, recordándoles que serán responsables de los daños ocasionados. Esto puede ayudar a acelerar el proceso de resolución y garantizar que el transportista asuma su responsabilidad.
  3. Evaluar la opción de contratar seguros: Aunque los seguros tienen un costo adicional, pueden ser una opción valiosa para protegerse ante retrasos prolongados. Los exportadores deben evaluar las pólizas disponibles y asegurarse de que la cobertura sea adecuada para sus necesidades. Además, es recomendable tener en cuenta el tiempo de cobertura y las condiciones que activan el seguro, como los plazos de retraso.
  4. Elegir un transportista de confianza: No todos los transportistas son iguales. Elegir una aerolínea o empresa de transporte con una buena reputación puede ser una medida clave para evitar retrasos y minimizar los riesgos. Asegurarse de que la empresa cumpla con los estándares internacionales de calidad y responsabilidad puede marcar la diferencia en el manejo eficiente de la carga.

El transporte aéreo es una opción atractiva para los exportadores debido a su rapidez y eficacia. No obstante, los retrasos son un riesgo inherente, y la normativa establece que los transportistas son responsables de los daños causados por estos retrasos, salvo que puedan demostrar que tomaron las medidas necesarias para evitarlos. Los seguros son una herramienta adicional que puede ayudar a mitigar estos riesgos, pero su efectividad depende de diversos factores, como el tiempo de retraso y las condiciones de la póliza. Para protegerse adecuadamente, los exportadores deben monitorear en tiempo real el movimiento de sus mercancías, coordinar inspecciones oportunas, evaluar la contratación de seguros adecuados y trabajar con transportistas de confianza. Implementar estas recomendaciones puede ser clave para evitar pérdidas económicas significativas y asegurar una experiencia de exportación exitosa.